Radiónica, vinos y bebidas diversas
Otro uso sorprendente de un buen dispositivo radiónico tiene que ver con su uso sobre alimentos y bebidas. La teoría radiónica indica que es posible incorporar vibraciones positivas y beneficiosas a organismos vivos y a la materia en general, lo que incluye líquidos y bebidas.
Los productores de vinos rivalizan a la hora de ofrecer sabor y calidad a sus clientes. Es un mercado muy reñido que precisa de una alta especialización y dedicación. Mínimas variaciones en la cadena de producción pueden implicar el éxito o el fracaso de una añada.
Algunos usuarios de equipos radiónicos emplean sus aparatos con el objetivo de mejorar el sabor y calidad de los vinos, sea en relación a una botella específica o a una producción mayor. Esto se puede hacer al final del proceso de embotellado o con posterioridad al mismo. No obstante, algunos productores trabajan mejorando el terreno donde crece el viñedo, también sobre la planta o sobre el fruto final. A veces sobre todos estos elementos.
La incorporación de la radiónica a usos fuera de la terapia alternativa es cada día mayor. Poseer un equipo radiónico de calidad, bien constituido y con un potente generador de orgón, puede ser una gran inversión. Sus múltiples y variadas aplicaciones implican beneficios para cualquier campo de actividad donde confluyan alternativas en las que incidir para lograr mejoras de diversa índole.
Si se decide a experimentar, no olvide buscar sencillez, potencia y facilidad de uso en el equipo de radiónica que elija. La radiónica no es magia, ni tampoco religión o esoterismo. Es un método de desarrollo personal y aplicaciones diversas basado en principios de física cuántica y utilización de técnicas de bioenergética. Compruebe personalmente sus posibilidades y se sorprenderá de los resultados.
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