Para aclarar conceptos, partamos de la base de que todo lo que existe en el Universo puede ser nombrado de alguna forma. Podríamos ponerle una denominación o, mejor aún podríamos darle una definición numérica o un parámetro determinado. Digamos por ejemplo que el sofá color crema de tres plazas que tiene en su habitación pudiera ser representado por un número determinado: 0894. Igualmente podríamos hacer con las ideas. La visualización que puede hacer una persona determinada con el objetivo de conseguir una meta, puede representarse por un número o por unas coordenadas. Así, el deseo de Juan Pérez de lograr un premio deportivo de tiro con arco en una determinada especialidad, puede vincularse a una numeración o a una amplitud señalada con un potenciómetro. Esa numeración representaría la consecución de ese logro. Otra numeración distinta sería el estado actual de Juan Pérez en relación a ese logro.
Se puede medir el estado de salud de un órgano determinado en un momento preciso del tiempo y establecer un parámetro para el mismo órgano con un estado de salud adecuado. Se pueden establecer medidas para personas individuales o para grupos. Para animales, para situaciones, para objetivos, para evitar situaciones desagradables, para obtener remedios, para mejorar alimentos, para mejorar cultivos, para obtener mejores sabores, para acelerar resultados en los estudios, para concentrarse mejor, para mejorar procesos y para cualquier otra cosa que una persona pueda concebir. Los equipos radiónicos, pueden acelerar e incrementar las posibilidades de obtención de objetivos personales o de grupo de forma asombrosa.
Muchísimas personas conocen las bondades de la visualización creativa. Esto es: Utilizar la mente para imaginar lo que queremos conseguir. La radiónica va más allá. Actúa como un elemento potenciador que sirve para acelerar la materialización de esos objetivos que se visualizan y se crean en la mente humana. Los aparatos radiónicos son instrumentos que dirigen las energías mentales hacia los objetivos potenciándolas y magnificándolas hasta límites insospechados.
Es importante decir, que muchos de los fenómenos que pueden ser observados con los procedimientos y aparatos radiónicos son tan asombrosos, extraños y fuera de lo común para la llamada “mentalidad científica” y analítica, que bastantes personas no la consideran una verdadera ciencia sino una práctica que más bien tiene que ver con procedimientos poco convencionales, efectos placebo o incluso “mágicos”. Aquí cabe señalar que lo mismo ocurre con otros procedimientos como la homeopatía, el Chi Kung, la visualización, la naturopatía y otras ciencias que “funcionan”, pero que las mentalidades exclusivamente analíticas no llegan a admitir como “serias”, probadas o admisibles para ser tomadas en consideración.
Por otra parte, para quienes conocen la naturaleza de la radiónica y han explorado sus posibilidades, esta ciencia en desarrollo ofrece una comprensión holística de la conciencia humana y de su potencialidad. No sólo a nivel curativo, terapéutico o analítico; también a nivel de consecución de objetivos y de mejora en prácticamente todos los campos imaginables. Los aparatos radiónicos han sido calificados por muchos como “máquinas de los deseos” cuando experimentan en primera persona las prestaciones que ofrecen. No estamos admitiendo que sea factible cualquier cosa. Las limitaciones físicas o fisiológicas seguirán estando ahí, pero se asombrará de cómo es posible inclinar la balanza a su favor o desarrollar capacidades que no creía poseer con mucha mayor facilidad. Así, no podrá esperar que le salgan alas con su aparato de radiónica, pero sí que las cosas se rodeen para que usted pueda conseguir “volar” hacia un país determinado que quiera conocer. No podrá conseguir levantar cinco mil kilos con su fuerza física, pero sí podrá incrementar sus rendimientos deportivos hasta cotas que no hubiera podido imaginar. No podrá tener dos cerebros, pero sí podrá conseguir que su capacidad de aprendizaje se incremente de forma extraordinaria.
¿Cómo funciona un dispositivo radiónico?
Hemos comentado que existen distintos tipos de aparatos, pero en esencia presentan similitudes básicas. Una “máquina” de radiónica es un circuito eléctrico o electrónico que sirve tanto para captar información como para emitir información. No está concebido siguiendo enteramente los patrones habituales de los circuitos eléctricos y puede no tener sentido desde el punto de vista de un experto en electrónica. Generalmente consta de una placa o depósito donde coloca, por ejemplo, una muestra de una persona (foto, algún cabello, muestra de sangre, muestra de saliva, etc) y se adjunta un escrito donde se registra la información a recoger. Por ejemplo: “Estado actual de Alfredo García García en relación a su capacidad para hablar en público y transmitir información de la mejor forma posible”. En el otro depósito o placa, colocaremos otro escrito con el estado deseado: “Alfredo García García se expresa perfectamente en público, de forma atractiva, relajada y comunicativa con resultados perfectos a la hora de transmitir información”. (En algunos instrumentos radiónicos más sofisticados se puede escribir en un ordenador los mensajes).
Con los potenciómetros que están unidos a cada placa, se buscan unos parámetros numéricos (utilizando una placa táctil, que se encuentra en el dispositivo). Estableceremos unos parámetros tanto para el estado actual como para el estado deseado. Al pasar los dedos sobre la placa táctil se apreciará adherencia cuando la numeración adecuada corresponda con la indicada en los potenciómetros. En principio estos parámetros serán distintos para cada uno de los mensajes escritos.
Resulta evidente que en nuestro ejemplo, Alfredo tiene un problema que resolver en este sentido o simplemente desea mejorar de la mejor forma posible su capacidad de hablar en público. Se conecta el aparato y se deja actuar. La intención del operador, plasmada en un escrito y colocada sobre la placa se transmite “vibracionalmente” a la muestra y de esta a la persona, como si de un transmisor de radio se tratase.
A partir de este momento parecerá como si el Universo comenzara a confabular para que la capacidad comunicativa de Alfredo mejore. Su interés por hablar en público correctamente se incrementará de forma exponencial. Es muy probable que Alfredo se tope con información relevante a su caso particular o estilo y pueda incorporar esa información a su manera de expresarse, tal vez conociendo “casualmente” a personas que le ayuden de forma especial para acelerar su mejora como orador. También es posible que Alfredo se sienta automáticamente mucho más tranquilo a la hora de hablar en público sin saber exactamente por qué. Quizá se encuentre más imaginativo a la hora de comunicarse. Puede que se exprese de forma más natural, con mayor entusiasmo, mejorando su dicción o la calidad de su voz. Tal vez advierta una mayor empatía hacia el público que le escucha o de repente aprecie como es capaz de articular un discurso más cálido, con notas de humor o destacando los puntos clave más adecuados para captar el interés de quienes le escuchen.
A medida que los cambios vayan sucediendo y mediante nuevas mediciones por parte del operador, los potenciómetros que miden cada una de las notas escritas que están sobre las placas, comenzarán a converger, hasta que finalmente sean iguales. Cuando esto ocurra, el proceso de mejora habrá finalizado o estará en un punto de increíble mejora con respecto al estado de partida. Este mismo sencillo proceso puede ser usado para trabajar sobre cualquier cosa: terapias, transmisión de información, mejora de capacidades, atracción de situaciones positivas, eliminación de situaciones negativas, incremento de habilidades sociales y un larguísimo etc. (Ver apartado sobre los usos más habituales reportados por los usuarios de aparatos radiónicos).
Muchos aparatos radiónicos utilizan números predefinidos (que representan por ejemplo órganos sanos) y también se pueden emplear dibujos con coordenadas que los investigadores han utilizado con éxito para distintos objetivos. Es posible incluso pasar información relativa a remedios homeopáticos y otras sustancias con resultados sorprendentes.
Para mejorar y acelerar los resultados, existen dispositivos radiónicos que incorporan además unos generadores de energía vital u “orgón” (Ver escritos del Dr. W. Reich). Es la llamada energía ¨Prana” de los hindúes o el llamado “Chi” de los asiáticos. La misma energía que circula por los canales de acupuntura, considerada la base de la vida. Esta energía adicional producida dentro del propio dispositivo, incrementa exponencialmente el rendimiento de los aparatos y facilita al operador la consecución de los objetivos, sin la preocupación de que se drene su propia energía vital al trabajar con asuntos complejos o con personas que tienen su energía debilitada por la enfermedad.
El aparato radiónico puede ser usado por el propio interesado o por otra persona. El circuito mide la vibración de la intención (establecida de forma sencilla por el operador a través de la pantalla táctil que le indica cuáles son las medidas correctas de los potenciómetros). Después, el propio aparato envía las señales correctas (como si se tratase de un remedio de homeopatía) al sujeto objetivo (En este ejemplo, nuestro imaginario Alfredo García). El circuito interior conecta a la persona en su estado actual con las condiciones positivas deseadas que queremos incorporar en esa persona. El mensaje o tendencia buscados van incidiendo de forma vibracional y a distancia sobre la persona a través de su muestra (foto, cabellos, etc.). Como si de una emisora de radio se tratase, el sujeto que queremos mejorar recibe la información y actúa de forma inconsciente en la dirección de la tendencia que se haya marcado en el aparato.
Al principio, cuando se observan resultados positivos, es muy fácil pensar que todo ha sido casualidad. Sin embargo, al emplear el aparato radiónico una y otra vez con desenlaces que cumplen las expectativas (y son muchas veces espectaculares), es difícil negar la evidencia sobre la eficacia de la Radiónica.
Hay que señalar que existen aparatos radiónicos simples que sólo constan del circuito básico y la interconexión entre el objetivo y la tendencia marcada o esperada. En este tipo de dispositivos, el operador es primordial. Actúa como antena, receptora y emisora. La propia energía del operador puede ser drenada por esta causa. Con estos aparatos la eficacia final se ve reducida y depende del estado energético y anímico del operador.
Para solucionar esto, los aparatos radiónicos más sofisticados incorporan un generador de orgón muy potente (energía vital, energía universal, Chi o Prana), como hemos explicado anteriormente. ¿Qué significa esto? Muy sencillo, el operador del aparato radiónico, sólo tiene que establecer los parámetros y dejar que actúe. La propia y potente energía que genera el dispositivo ejerce una poderosa fuerza modulada por el aparato en la dirección del objetivo buscado. El operador no ve drenada su energía física ni psíquica y los resultados son mucho más rápidos y certeros.
En cualquier caso, un aparato radiónico sin generador de orgón puede ser muy eficaz en la actualidad, por su alto grado de sofisticación (Ver descripción de dispositivo SE 5 1000 en el capítulo del Ebook GRATUITO dedicado a aparatos radiónicos actuales). No obstante, muchos usuarios emplean conjuntamente ambos tipos de aparatos (con y sin generador de orgón) para asegurar una eficacia extraordinaria bajo cualquier circunstancia.