Acciones para aumentar nuestra sensación de felicidad (1 de 2)
Hay factores que están fuera de nuestro control. No podemos elegir el lugar de nuestro nacimiento, las condiciones económicas de partida, la genética familiar ni el entorno inicial en el que desarrollaremos nuestro potencial como seres humanos. Esto es un hecho.
No obstante, siempre habrá acciones que podemos llevar a cabo para mejorar nuestra vida y aumentar nuestra sensación de bienestar y felicidad.
Lo más básico, y no siempre entendido, es tomar la decisión personal de decidir sentirse bien y feliz la mayoría del tiempo. Las personas que toman esta decisión se centran en realizar acciones que les permiten experimentar alegría de manera habitual. No se sienten víctimas de las circunstancias. Se adaptan a sus circunstancias y a partir de ahí, buscan la manera de tomar el control de sus pensamientos y actitudes para ver la vida con una perspectiva positiva.
Podemos aportar felicidad a nuestra existencia con acciones que van desde fuera hacia dentro. Es decir, escogiendo aquello que ya está ahí y nos proporciona sensaciones agradables. También podemos encontrar felicidad con acciones que nacen de nuestro propio interior. Nos centraremos en las primeras y dejaremos las segundas para la siguiente parte de este comentario.
Ejemplos de acciones “desde fuera hacia dentro”:
- Realizar ejercicio físico. – La actividad física, adecuada a la constitución, edad y características personales libera endorfinas, que son sustancias químicas que promueven sentimientos de bienestar y mejoran el ánimo. Si no podemos hacer deporte, un buen paseo de forma diaria puede descargar nuestro cuerpo de tensiones y facilitar las funciones del organismo que regulan la salud.
- Disfrutar de la Naturaleza. – No es necesario esperar a las vacaciones para ponernos en contacto con la Naturaleza. Una caminata por un parque bajo el sol (proporciona la importante vitamina D) o incluso bajo una lluvia ligera (puede ser agradable la sensación) facilitará la interacción con otros seres vivos (plantas y pájaros por ejemplo).
- Realizar acciones por otras personas sin esperar nada a cambio. – Hay innumerables estudios que demuestran que ayudar a otras personas de forma desinteresada causa profunda satisfacción, mejora el estado de ánimo y aporta significado a nuestra existencia. Interesarse sinceramente por alguien enfermo, mostrar amabilidad, dar las gracias o simplemente saludar con una sonrisa puede aportar bienestar a los demás y a nosotros al mismo tiempo.
- Cultivar relaciones personales, conversar con otros y tratar de reír con los demás. – Conversar con nuestros vecinos, comunicarnos más allá de simples saludos y tratar de aportar o recibir una pizca de humor nos hace sentir más felices. Llamar de vez en cuando a amigos que hace tiempo que no vemos o quedar con ellos es una forma de mejorar nuestras relaciones y nuestro bienestar personal al mismo tiempo.
- Probar o aprender algo nuevo como hábito. – Los más jóvenes siempre están descubriendo y probando algo novedoso. Esto les hace sentirse vivos y activos. El aprendizaje es una manera interesante de mantener en buena forma nuestro cerebro haciéndonos también más interesantes para los demás.
Esto es una pequeña muestra de lo que podemos hacer de manera voluntaria para incrementar nuestra felicidad individual. En la segunda parte de este blog seguiremos ahondando en este interesante tema.
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