Agua y radiónica. Una combinación extraordinaria
Mucho se ha hablado sobre la “memoria del agua”. A pesar de que la comunidad científica no da crédito a la posibilidad de que el agua pueda ser “impregnada” con elementos proactivos vibratorios, lo cierto es que la experimentación en este campo todavía tiene mucho recorrido.
El afamado profesor y científico Luc Montagnier, ganador de un premio Nobel de medicina, sorprendió a muchos de sus compañeros cuando dijo que había constatado que el agua posee una extraña capacidad para “memorizar”, en relación a mantener la esencia energética de una sustancia, incluso después de muchas diluciones. Esto es lo que ocurre en el caso de la homeopatía. El mismo científico continuó declarando que el ADN produce cambios estructurales en el líquido elemento y que llevan a la producción de señales electromagnéticas en resonancia.
La teoría radiónica lleva afirmando más de un siglo, que es posible inferir al agua “información” de tipo energético que puede ser usada de múltiples maneras. Se pueden realizar duplicaciones de remedios homeopáticos y otras sustancias (siempre a nivel vibratorio) y también “cargar” energéticamente con orgón, tanto el agua como cualquier líquido.
La mayoría de los usuarios de un buen dispositivo radiónico no dejan de realizar experiencias cargando agua con determinados objetivos, programándola para mejorar a nivel personal o simplemente energizando la misma para luego consumirla. Una vez transferida cualquier información, es recomendable no colocar dicha agua en el frigorífico o expuesta a la luz solar, ya que los efectos desaparecen con cierta rapidez.
Siempre es preferible emplear cristal oscurecido para guardar el agua tratada. Añadir un solo un par de gotas de brandy o licor por litro, facilitará el mantenimiento del agua con los CDI’s (Campos de Información Intrínseca) transferidos hasta que sea consumida.
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