Aumente el consumo de esto sólo un 10% y tendrá 15% más de posibilidades de fallecer en siete años.
Ha sido tan rotundo, que está levantando ampollas en la industria alimenticia. Nunca antes se había mostrado tan claramente el peligro. Un estudio llevado a cabo con 45.000 franceses, durante varios años, por un equipo de investigación en epidemiología nutricional de la Universidad de París, liderado por Mathilde Touvier, ha sido contundente.
Aumentando sólo un 10 % el consumo de comida ultraprocesada en la dieta se incrementa la mortalidad un 15 %. Esto es una auténtica barbaridad que debería mover a los gobiernos occidentales a realizar acciones tendentes a limitar este tipo de alimentos. Sin embargo, cada vez abundan más en los estantes de supermercados y grandes superficies dedicadas a la comida rápida y elaborada, con decenas de aditivos.
¿Cómo tener claro lo que son alimentos ultraprocesados? Diremos que se consideran dentro de esta categoría, aquellos que se han sometido a procesos industriales de transformación y contienen gran cantidad de ingredientes o aditivos. No obstante, un plato preparado que NO contenga aditivos, esté congelado o no, no se considera alimento ultra procesado. Sin embargo, los refrescos (incluidas aquellas que contienen una porción pequeña de zumo natural), platos preparados comunes y bocadillos listos para calentar y servir, se consideran ultraprocesados porque son más ricos en sal y azúcar con bajas cantidades de fibra y vitaminas. Pizzas, embutidos, panes desnaturalizados, bollería industrial, patatas fritas y patatas para freír congeladas, helados…. Y un largo etc., también estarían bajo esta categoría. Acostúmbrese a leer la composición de lo que compra envasado y saldrá de dudas rápidamente.
Plantéese protegerse y proteger a su familia. Por pura lógica, si disminuye tan sólo un 10 % el consumo de estos productos, estará alargando su vida y también bajando las posibilidades de sufrir enfermedades peligrosas. Legumbres, frutas, verduras y agua de calidad son opciones económicas y que aportan salud. Si puede permitirse el consumo de estos alimentos naturales en su versión biológica, además apreciará generalmente un mejor sabor e incrementará su energía vital.
Cuando se mide con un aparato radiónico la diferencia en vitalidad energética entre las legumbres y arroces integrales normales de la variedad de cultivo biológico, se observa una diferencia que va del 5 al 10 %. Si medimos fruta o verdura de este mismo sistema de cultivo natural frente al que no lo es, la diferencia puede llegar hasta un 40 % a favor del cultivo biológico. Tenga esto en mente a la hora de decidir las diferentes opciones.
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