Budismo y radiónica
En el budismo hay un concepto que se llama “Tulpas” y tiene que ver con la capacidad de materialización que tienen los pensamientos. Resulta interesante que los budistas, maestros del trabajo sobre la mente, considerasen desde muy antiguo que el pensamiento puede provocar realidades tangibles. Pasar de la vibración a la manifestación física.
La mente es una herramienta poderosa que puede construir entornos de vida, tanto buenos como malos. No se trata de una simple utopía. En estas realidades materiales elaboradas coinciden físicamente las personas que comparten pensamientos base.
Dicho de otro modo, lo que vemos a nuestro alrededor es el fruto de distintas cargas energéticas que han ido alimentando ese contexto mediante pensamientos y vibraciones determinadas durante un tiempo suficientemente prolongado.
Es muy importante observar nuestros pensamientos y considerar la repercusión de nuestros proyectos y deseos. Cada vez que pensamos, emitimos un tipo de energía con una vibración característica que puede captarse y medirse. Tiene influencia y culmina en algún tipo de materialización mayor o menor. Esa influencia dependerá del tipo de energía emitida, su fuerza y su focalización. Si nuestros pensamientos no reúnen las características esenciales para que esa materialización se produzca, no ocurrirá nada de interés.
Aquellos que se desentienden y dejan de proyectar su propia realidad, pueden verse arrastrados a realidades diversas creadas y proyectadas por otras personas. Por eso es importante detenerse a pensar lo que deseamos y cómo queremos construir nuestra propia existencia.
La radiónica y sus dispositivos permiten interactuar con vibraciones positivas de todo tipo. Facilitan no sólo detectar el tipo de estado vibratorio que nos interesa, sino también conectar con el mismo y favorecer su utilización. Esto se lleva a cabo a través de los distintos elementos que componen un aparato radiónico completo bien estructurado. Enlazamos nuestro estado presente, con la vibración característica del estado óptimo que deseemos alcanzar. En otras palabras, el dispositivo radiónico incrementa de manera exponencial las posibilidades de utilización de nuestras capacidades mentales, así como también las posibilidades de acción dentro del mundo en el que nos movemos. Dejamos de ser meros espectadores para convertirnos en directores de nuestra existencia. Francamente, algo realmente interesante que merece la pena explorar y experimentar.
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