Causalidad en física cuántica y su relación con la radiónica
Hemos hecho muchas referencias entre los fenómenos radiónicos y los fenómenos de la física cuántica a través de estas entradas de blog.
Los que consideramos que la radiónica tiene una base seria y sólida, apartada de la charlatanería, vemos mucha similitud entre la metodología radiónica y los fenómenos que el mundo cuántico desvela a los investigadores modernos.
Ya se ha comentado que la mente del investigador puede determinar el resultado final de una prueba con partículas de materia. Pero también se ha constatado, en física cuántica, que dos entidades pueden ejercer influencia entre sí, aunque estén separadas por distancias enormes, a una velocidad superior a la de la luz. Esto corrobora la teoría radiónica que explica cómo los enlaces estructurales (muestras de un ser vivo, por ejemplo) pueden ser utilizados como medio de conexión para realizar una acción positiva a distancia.
Pero, la experimentación en física cuántica va más allá. Hablamos de los fenómenos de causalidad. En nuestra escala habitual, el orden temporal de dos eventos suele tener una relación causal. Es decir, todo evento tiene una causa. Por ejemplo, si una persona tropieza al caminar, el resultado puede ser un desequilibrio que incluso desemboque en una caída. También podemos ilustrarlo con el hecho de que un objeto se termine rompiendo cuando ha habido un impacto previo sobre el mismo. Decimos que la causa precede al efecto. Sin embargo, cuando se experimenta con fotones, el orden causal puede verse alterado. Es decir, el resultado puede ocurrir antes que la causa. Las nociones de tiempo y espacio pueden modificarse. De hecho, ciertos pensadores en esta rama de la física consideran que el futuro puede influir en el pasado. La idea subyacente es que el tiempo y el espacio sólo podrían ser una especie de “subproducto” de otro tipo de fenómenos que necesitan ser estudiados con mayor profundidad.
Algunos operadores de radiónica utilizan su dispositivo para trabajar hechos del pasado que tienen una consecuencia presente, de manera que los resultados actuales negativos se atenúen o disipen. Por ejemplo, actuando sobre circunstancias traumáticas de la historia personal de un individuo para que esos hechos dejen de ejercer como freno en el desarrollo vital del sujeto tratado. Para ello se procede a “eliminar” a nivel vibratorio el suceso acaecido, lo que conlleva que la influencia de ese suceso sobre la persona se diluya y desaparezca.
Una vez más, se muestra como las posibilidades de experimentación con radiónica pueden ser increíblemente variadas y que cada persona puede emplear su dispositivo para indagar en nuevas posibilidades de acción dentro de su campo de interés o actividad.
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