Cómo afrontar los desafíos y las dificultades con éxito
Es muy probable que ahora tenga en mente algún problema que le causa desazón. Quizá sean más de uno. Seguramente esté madurando la forma de hacer frente a su situación negativa. Puede que no termine de encontrar la solución o soluciones necesarias. Cuando nos enfrentamos a las dificultades que nos presenta la vida, la capacidad para mantener la calma es un elemento clave para superar con éxito los obstáculos.
Partamos de la base de que TODOS los seres humanos se enfrentan a situaciones complicadas. Esta comprensión nos ayuda a entender que las dificultades son comunes a nuestra especie, que no somos tan diferentes a los demás y que, por otra parte, disponemos herramientas para hacerles frente, aunque nos parezca lo contrario.
Unas personas tienen más capacidad que otras para conseguir sus objetivos o salir airosos de las situaciones complejas, por tener más desarrollado el concepto de “afrontamiento”. Desde el punto de vista de la psicología, el afrontamiento se define como el conjunto de habilidades cognitivas y conductuales que una persona pone en marcha para gestionar demandas o necesidades externas o internas, que sean percibidas como excesivas para los recursos de la persona que se trate.
La capacidad para afrontar no es únicamente referida a la posibilidad de resolver de manera práctica los problemas, sino también la capacidad de gestionar el estrés y las emociones que generan esos problemas. El afrontamiento no sólo se realiza por medios propios, sino también mediante nuestra capacidad para encontrar información, ayuda o apoyo externo que nos sirva para solventar lo que nos perturba o alcanzar las metas que tenemos en mente.
El elemento esencial para superar los eventos que nos causan estrés, ansiedad o dificultades pasa por la flexibilidad y ser capaces de adaptarnos a distintas estrategias que nos conduzcan a la resolución de los conflictos.
Las estrategias más eficaces son:
- Mantener el control sobre el problema y sobre nuestras propias emociones.
- No exagerar o dramatizar lo que nos sucede.
- Relajar la mente y tratar de analizar la situación desde distintos ángulos.
- Considerar nuestros límites y también nuestras fortalezas.
- No temer pedir ayuda a quienes amigos y familiares si necesitamos apoyo.
- Buscar también otras ayudas especializadas si es preciso.
- Una vez analizada la situación, hay que comenzar con la acción que consideremos más apropiada, cualquiera que sea, para afrontar el problema. Si no es la óptima, podremos hacer variaciones durante el camino. La inmovilidad debe descartarse. Poner una fecha límite para dejar de pensar y empezar a actuar es imprescindible. Dejar que las dificultades crezcan, no es la solución.
- Visualizar un resultado final positivo, mientras abrimos la mente y adoptamos una actitud expectante para encontrar caminos que resuelvan la situación.
Siempre hay posibilidades y siempre hay medios. Cuando tenemos confianza en la resolución positiva de las situaciones difíciles, las soluciones aparecen porque atraemos de manera inconsciente lo que nos ayuda (o nos acercamos a lo que nos ayuda). Es un hecho.
La radiónica es una herramienta más, pero especialmente útil y adaptable. Nos permite sintonizar la realidad mejorada que deseamos materializar, enlazándola con la situación negativa presente, permitiéndonos un acercamiento más preciso, rápido y potente hacia la solución más apropiada. A través de más de 100 años de historia, la radiónica ha servido a cientos de miles de personas de manera muy eficaz. Experimente sus múltiples aplicaciones y asómbrese con los resultados.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.