Cómo mantener un estado de ánimo óptimo
El estado de ánimo es (como se define en Wikipedia) una actitud o disposición emocional en un momento determinado. Está influenciado por múltiples factores y puede ser transitorio o permanente. Hay personas alegres por naturaleza que pueden pasar por un periodo en el que se sienten deprimidas y personas cuya disposición habitual puede ser tendente a cierto pesimismo, con periodos de mayor alegría. Por supuesto también existen los estados intermedios.
Dentro de lo que se considera comúnmente “normalidad” o equilibrio emocional, sin duda se dan una serie de factores que condicionan nuestro sentimiento de bienestar interior a corto plazo.
Hay días en los que desde el primer momento de la mañana se suceden una serie de pequeños incidentes que, al acumularse, nos hacen tener un sentimiento negativo cuando llega la hora de almorzar. Así por ejemplo, derramar el primer café de la mañana, un embotellamiento de tráfico anormal, una dificultad puntual para encontrar aparcamiento, una avería del ascensor que nos hace subir a pie a la oficina y un enfrentamiento menor con un compañero de trabajo, pueden ser ligeros episodios desagradables que, sumados, nos hagan sentir mal a mediodía. Llevándonos incluso a sentir malestar físico o ligeros dolores de cabeza por el estrés acumulado.
Cuando esto sucede, muchas personas somatizan en malestar físico y sucumben al mal humor. A veces es habitual ingerir algún analgésico. Es evidente que hay otras maneras de evitar entrar en el círculo vicioso de la negatividad pero requieren de ciertas dosis de acción y tiempo de los que a veces no disponemos.
Una de las formas más rápidas y sencillas de conseguir cambios rápidos y modificar nuestro estado de ánimo óptimo tiene que ver con las afirmaciones. Las palabras tienen poder. Encierran significado y causan efecto cuando se pronuncian y se escuchan. Por ejemplo, los antiguos tenían muy claro que las maldiciones lanzadas con energía producían efectos dañinos en el receptor, mientras que las bendiciones expresadas sobre todo por personas de elevada vibración tenían un efecto benéfico y perdurable en quienes las recibían. Esto sigue siendo así en la actualidad. Repetir palabras o frases que encierren un significado positivo y elevado aumenta nuestro estado de ánimo y nuestra energía a todo nivel. Puede escoger frases como: “Cada momento que pasa me siento mejor, mejor y mejor”, “Decido conscientemente sentirme bien a pesar de cualquier suceso externo”, “Soy una persona positiva y elijo tener un estado de ánimo positivo”, “Soy una persona abierta”, “Tengo muchos motivos para sentirme perfectamente”, “Reconozco y agradezco todo lo bueno que tengo”, “A pesar de los contratiempos elijo sentirme muy bien ahora, por lo que cambio a modo positivo”, etc, etc.
La próxima vez que descubra que entra en una espiral de situaciones adversas, pruebe en repetir varias veces afirmaciones como las descritas más arriba. Observará que la carga negativa disminuye y recupera la normalidad.
En radiónica también usamos los dispositivos para proyectar afirmaciones y frases positivas sobre las personas. Puede ser sobre la persona que maneja el dispositivo o sobre otros. Incluso es posible impregnar vibratoriamente agua, líquidos y alimentos con esta “carga” positiva, con el objetivo de consumirlos e incorporar su energía modificada.
Sea cual sea el método elegido, ser conscientes de que podemos influir sobre nosotros mismos y otras personas para mejorar y construir, nos confiere un mayor poder personal y una sensación de seguridad interior. Podemos elegir dirigir nuestros sentimientos y nuestra vida. Sacar un mayor provecho a nuestra existencia es posible y factible. Esa opción está ahí y es muy poderosa. Sólo tenemos que utilizarla.
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