Cómo tomar decisiones más acertadas
Reflexione sobre una decisión que haya tomado en el pasado. Quizá le hubiera gustado tener más tiempo para pensar sobre lo que debía decidir, o tal vez hacerlo bajo una presión menor. Suponga ahora que se enfrenta a la misma decisión, sin haberla tomado nunca y sin tener el beneficio de poder hacerlo de forma retrospectiva. La única diferencia es una mayor experiencia en la vida:
- ¿Qué haría para encontrar más tiempo de reflexión?
- ¿Qué diría si alguien le presionase para que acelerase el proceso de decisión sin necesidad?
- ¿Dónde haría sus razonamientos? ¿En qué lugar? ¿A qué horas del día o la noche decidiría definitivamente? ¿Lo haría con cansancio, o en perfectas facultades físicas y mentales?
- ¿Cuánto tiempo se daría usted para tomar la decisión?
- ¿Cómo hará para tener más tiempo para reflexionar sobre las cosas que debe hacer en el presente y el futuro?
Ahora, piense sobre alguna decisión importante que tenga que tomar a corto plazo o algo que con toda seguridad le llegará en el futuro más o menos cercano. Emplee las preguntas que ya ha visto y añada algunas más, como las siguientes:
- ¿Qué podría pasarme si no considero detenidamente la decisión a la que me enfrento?
- ¿Qué presiones artificiales, reales o imaginarias, pueden inducirme a pensar demasiado deprisa?
- ¿Cómo evitaré que estas presiones interrumpan mi modo de pensar?
- ¿Qué puedo hacer para que mis reflexiones sean una experiencia agradable?
La Historia y la experiencia humana nos muestran que las personas responsables y maduras, toman decisiones meditadas la mayor parte del tiempo. Sobre todo, las que tienen importancia y trascendencia. Utilizar el pensamiento lógico es un punto de partida importante, pero a veces las opciones son muy parecidas y las perspectivas sobre los sucesos que pueden acontecer dependiendo de elegir una u otra, tampoco son especialmente determinantes.
En este último caso, la persona tiene que mirar en su interior para percibir cuál de las opciones proporciona un sentimiento de satisfacción mayor. El subconsciente contiene mucha información que no sale a la luz de la consciencia, pero que la mayoría de las veces nos muestra el camino más adecuado para descubrir la mejor manera.
Los dispositivos radiónicos nos ofrecen la posibilidad de acercarnos más a las decisiones acertadas cuando necesitamos el concurso del conocimiento superior de la mente subconsciente. Cuando nos programamos para tomar la mejor decisión, la información llega con mayor facilidad, se eliminan los bloqueos y la energía fluye en la dirección más conveniente para mostrarnos el camino. La unión de la mente lógica y la intuición nos proporcionarán un poder de decisión extraordinario en aquellos momentos en que una decisión acertada pueda representar un cambio importante en nuestra vida. Eso, sencillamente, es de un valor incalculable.
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