El efecto de la intención
La mente humana tiene unas características únicas de conexión con todo lo que nos rodea. Nuestro cerebro tiene la capacidad de emitir y percibir ondas en distintas frecuencias. Puede percibir los pensamientos y los sentimientos de los demás al tiempo que también emitir los nuestros a nuestro entorno y a enormes distancias sin límites.
Desde el siglo pasado se ha realizado multitud de experimentos que muestran que es posible ejercer una influencia positiva sobre otras personas a niveles de recuperación y sanación cuando deseamos con intensidad que esto suceda. Lo mismo ocurre con los animales y con las plantas. Se ha experimentado con el poder de la oración, sin importar el credo que la persona profese. Independientemente de las creencias individuales, el recogimiento y el deseo verdadero de mejora puede hacer que otros reciban los beneficios de la energía que se proyecta con sinceridad sobre ellos.
En los Estados Unidos el doctor Franklin Loehr realizó más de 700 experimentos independientes y controlados sobre el efecto de la intención sobre plantas. Utilizó 150 personas que emitían pensamientos positivos y oraciones (los creyentes) sobre distintas semillas. Se realizaron un total de 100.000 mediciones para ver las diferencias que había entre los distintos grupos de semillas (obviamente utilizando grupos de control mediante una metodología científica). Todos los grupos sobre los que se había meditado y proyectado intención positiva u oraciones mostraron diferencias significativas sobre los grupos no “irradiados”. En algunos se consiguieron hasta un 50 % más de crecimiento en los brotes. En algunos grupos se utilizaron personas con fuertes raíces religiosas y en otros, no creyentes que simplemente pensaban en proyectar la mejor energía y deseos hacia las semillas. Los resultados de unos y otros fueron prácticamente idénticos.
La oración y la intención son medios para dirigir energía hacia un determinado objetivo. Los aparatos de radiónica se emplean con el mismo propósito, pero de una manera más sofisticada, constante y medible. Se pueden aplicar prácticamente a cualquier campo de actividad y los efectos pueden ser verdaderamente sorprendentes.
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