Enlazar el momento presente con un futuro mejorado
Cuando se comenta la posibilidad de utilizar un aparato radiónico con la intención de mejorar situaciones presentes, muchas personas se vuelven escépticas y consideran que eso es imposible o al menos difícil de aceptar. Sin embargo, a la luz de las investigaciones modernas, esas consideraciones serían factibles desde el punto de vista científico, si tenemos en cuenta las experiencias y teorizaciones de la física cuántica. El observador de un experimento y su intención pueden modificar el resultado del mismo.
En el libro “El Experimento de la Intención”, la investigadora Lynne McTaggart menciona múltiples experiencias dentro del ámbito de la física cuántica, con implicaciones extraordinarias. Esta autora menciona a grupos de científicos que llevan años realizando ecuaciones con hipótesis en las que se considera probable que exista un campo unificado de energía entre las partículas subatómicas. Esta corriente investigadora presupone que toda la materia del Universo está conectada a ese nivel, en un constante intercambio cuántico de energía. Los experimentos realizados sugieren que la conciencia es una sustancia que está fuera de los límites corpóreos. El hecho de dirigir los pensamientos conductores de la conciencia hacia un objetivo determinado parece tener la capacidad de influir sobre células, organismos, máquinas y situaciones complejas. Una capacidad de la mente sobre los estados de la materia que puede atravesar el tiempo y el espacio.
La radiónica postula principios parecidos a los de la física cuántica. Los aparatos radiónicos interactúan con la persona que los maneja de manera que se convierten en un instrumento para canalizar la intención de manera precisa. Teniendo en cuenta que todo está relacionado y compuesto de átomos y partículas, es posible llegar a acomodar la realidad tal como una almohada se acomoda a la cabeza de la persona que la utiliza.
El aparato radiónico enlaza situaciones a través de una representación establecida con diales y números. La situación presente y la situación buscada. No se hace de forma arbitraria, ya que la persona percibe a través de las reacciones de la piel de los dedos (utilizando la placa adherente del dispositivo) cuál es la posición de los diales más adecuada para que el proceso tenga lugar. No hay nada mágico. Son sencillas reacciones físicas que se producen ante la sincronización adecuada percibida a través del circuito. Calibrar un instrumento radiónico para estas experiencias es muy sencillo y generalmente, los resultados resultan sorprendentes para los que los experimentan por primera vez. A medida que se trabajan diferentes situaciones, el operador (persona que utiliza el aparato) adquiere experiencia, mejorando tanto la sintonización correcta como los resultados obtenidos. Un buen equipo resulta fundamental, pero también disponer de una mente abierta en disposición de experimentar. Le invitamos a que pueda comprobarlo.
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