¿Es sencilla de usar la radiónica?
Muchas personas que se interesan por la radiónica hacen esta pregunta. Puede que usted también lo haga.
¿Es difícil o sencillo? Es una duda frecuente si consideramos que estamos hablando de un sistema muy completo de consecución de objetivos, terapia alternativa, desarrollo personal y otras aplicaciones variadas. Usos prácticos de gran interés para la mayoría.
¿Cuál es la respuesta? La radiónica es sencilla de utilizar cuando la persona recibe la información adecuada al respecto. Unas instrucciones claras y precisas. De esta forma, se puede empezar a utilizar desde el primer día. Sobre todo, cuando se emplean aparatos pensados para facilitar la tarea.
Básicamente un aparato funcional de radiónica consta de un lugar donde se coloca el objetivo o la codificación (también llamado ratio) que conecta con ese objetivo. Otro lugar donde se coloca la información sobre la persona y una placa táctil junto a diales que se utilizan como medio de para el ajuste del dispositivo.
La idea es “conectar” (desde el punto de vista energético) a una persona o grupo de personas con la vibración positiva adecuada para lograr el efecto buscado. Se persigue que esa “conexión” facilite un desenvolvimiento que conduzca a la realización del objetivo. Es una especie de puente de unión preciso entre el estado deficitario actual y un estado potenciado. ¿Qué ocurre a partir de aquí? Los resultados suelen ser sorprendentes en la mayoría de las ocasiones.
Como en todas las cosas, la radiónica tiene sus detractores. La comunidad científica suele considerar que la radiónica debe encuadrarse en el ámbito de las pseudociencias, tal como ocurre en el campo de la homeopatía, medicina tradicional china, ayurveda, yoga, neuropatía, magnetoterapia, la mayoría de las terapias alternativas y métodos de desarrollo personal no reglados, pero funcionales.
Sin embargo, tenemos que recordar que también la física cuántica presenta desafíos para la ciencia convencional. Desafíos que resultan tan llamativos o más que los de la radiónica. La experimentación en física cuántica demuestra que la intención de un investigador puede hacer que partículas de materia se comporten de una manera determinada. La intención dirigida determina el resultado del experimento. No hay nada de mágico en eso.
En este aspecto, los postulados de la física cuántica son similares a la teoría en la que está basada la radiónica. La radiónica trata de mostrar cómo es posible influir positivamente en diferentes campos de la realidad cuando utilizamos la intención mediante un dispositivo bien configurado, siguiendo una metodología de acción. Tampoco hay nada mágico en esto. Es un fenómeno físico con aplicaciones prácticas.
Desde la perspectiva radiónica se sugiere la experimentación individual en este campo como el medio más eficaz para observar resultados y llegar a conclusiones individuales. Una última recomendación: Asegúrese de utilizar un equipo completo, bien configurado, sencillo de usar y con características adecuadas. Será la mejor manera de obtener rendimientos superiores.
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