La ansiedad, un trastorno en aumento
La agitación de la vida moderna, las dificultades para conciliar el trabajo con la familia, los problemas económicos y las relaciones difíciles son las principales causas del aumento de este trastorno. La ansiedad aparece cuando la persona se siente desbordada por lo que le acontece o considera que es incapaz de hacer frente a múltiples frentes que se le abren por diversas causas. En psicología se considera que cuando los estímulos (o situaciones que demandan atención) superan la capacidad habitual de respuesta de un sujeto, esto puede provocar una respuesta intensa que interfiere con el funcionamiento cotidiano. Generalmente disminuye el rendimiento personal, al tiempo que causa desasosiego y síntomas físicos y psicológicos de carácter negativo.
Cuando los mecanismos naturales de respuesta de un ser humano se mantienen excitados durante mucho tiempo, el equilibrio mental y orgánico se trastoca, desembocando en un trastorno psicológico. El trastorno de ansiedad puede derivar en consecuencias indeseables, desde simple nerviosismo a situaciones más duras como el miedo, los episodios de pánico o la depresión. Puede ser un proceso paulatino o súbito tras un evento especialmente duro.
La ansiedad también puede causar trastornos orgánicos como el aumento del colesterol y los triglicéridos. De hecho, hay personas a las que les cuesta disminuir la cantidad de grasa dañina en la sangre precisamente porque padecen una continua ansiedad generalizada.
En el mundo desarrollado la ansiedad y la depresión son las principales causas de problemas de salud, y van en aumento. Lo llamativo es que no se trata sólo de un problema de adultos, sino que prácticamente se da en toda la franja de edades. En los Estados Unidos, un 11% de sus habitantes toma fármacos antidepresivos. En las mujeres, la franja de edad entre los 40 y 60 años es la más afectada, ya que un 25 % se medica con este tipo de fármacos.
Cada vez más personas recurren a los ansiolíticos como medio fácil de disminuir la ansiedad, sin embargo, estos medicamentos pueden presentar efectos secundarios. Crean tolerancia (cada vez hace falta tomar más para conseguir lo mismo), “enganchan” como ciertas drogas, pueden debilitar y también causar somnolencia o letargo en cierto grado. En cualquier caso, siempre afectan al cerebro y a distintas partes del organismo en mayor o menor medida.
Además, parece haber otros riesgos asociados al consumo de antidepresivos. La estadística indica que aumenta un 14 % el riesgo de ataque al corazón o accidente cerebro vascular y la tasa de muerte prematura se dispara a un 33%.
Los investigadores se preguntan el por qué de tanto aumento en el consumo de estos fármacos. Algunos de ellos ponen el foco del aumento del padecimiento de este trastorno en algo de lo que no se habla demasiado: la alta contaminación electromagnética motivada por la radiación excesiva emitida por los teléfonos móviles (celulares), torres de comunicación, aparatos inalámbricos, ordenadores, WIFI, y otros aparatos electrónicos.
En un número del “Journal de Neuroanatomy” del pasado año, el Dr. Martin Pall publicó un trabajo que mostraba como las radiaciones de microondas presentes en estas tecnologías se asociaba de forma clara a los trastornos como la ansiedad y depresión. Además, mencionaba también, relacionados con el mismo origen, a problemas más graves como el Alzheimer y el autismo.
¿Cómo se puede combatir este problema creciente? Es evidente que no nos podemos sustraer completamente al mundo moderno, pero al menos podemos evitar llevar continuamente el teléfono móvil encima (se puede mantener separado del cuerpo en el trabajo o la casa). También acostumbrarnos a apagar el WIFI por la noche y no colocar el teléfono móvil, los teléfonos portátiles y otros dispositivos eléctricos en el dormitorio, sobre todo en la mesita junto a la cama.
Uno de los tratamientos básicos de radiónica consiste en la eliminación de la contaminación electromagnética del organismo. La experiencia demuestra que haciendo esto se experimenta un alivio muy rápido de síntomas y molestias originados por esta causa. Además permite que cualquier otra acción de equilibrado o normalización se realice de manera mucho más rápida y sencilla. Es posible recobrar un buen estado de ánimo sin necesidad de recurrir a otro tipo de acciones que pueden afectar negativamente a la salud. Tenga esto en cuenta cuando utilice su dispositivo radiónico con fines de autoayuda o terapias alternativas.
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