La Radiónica y las “vibraciones positivas”
Cuando una persona se ayuda de la radiónica para mejorar las condiciones de su existencia, las circunstancias pueden comenzar a evolucionar de forma diferente. Casi todo el mundo ha experimentado esas épocas de la vida en las que todas las cosas parecen suceder positivamente. Se disfruta de buena salud, la familia atraviesa un buen momento en su conjunto, la situación económica es buena, el estado de ánimo es óptimo y las relaciones de pareja fluyen de la mejor manera posible. Este “fluir positivo” se percibe como un periodo de bienestar que “casualmente” sucede, pero que no se busca, sino que “se encuentra”. Algo así como una especie de regalo, fruto de la casualidad o el devenir de la existencia.
No obstante, en radiónica entendemos que esos periodos existenciales son perfectamente medibles y “replicables”. La teoría radiónica interpreta que dentro de la vida de una persona es posible sacar lo mejor de cada periodo configurando adecuadamente las circunstancias y vibraciones que dan lugar a ese conjunto de situaciones deseables.
Con un dispositivo radiónico adecuado y bien utilizado podemos “conectar” con las vibraciones que dan lugar a las coyunturas más adecuadas para cada momento vital. En realidad, no se trata de nada oculto o mágico. Es simplemente uno de los fenómenos que se pueden explicar a través de los postulados de la física cuántica, en los cuales el pensamiento del experimentador influye en los resultados de lo que se espera suceda con la materia.
El aparato radiónico permite al propietario del mismo conectar a través de sus sentidos y los circuitos del propio dispositivo con la representación de un estado deseado de la realidad. Cada persona es un mundo y puede desear una realidad distinta como ideal de existencia o de circunstancias. Dependiendo de la situación de partida la persona podrá necesitar más o menos tiempo para lograr sus propósitos, pero estará conectada de forma voluntaria a las vibraciones más propicias que sirven de “armazón energético” de aquello que quiere materializar.
Hasta que no se experimenta con la radiónica puede resultar difícil aceptar planteamientos como los descritos, pero eso no hace que sea menos sorprendente cuando se comienza a comprobar de forma personal los cambios positivos que ocurren al utilizarla en la vida diaria.
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