Las controversias con la radiónica y su funcionamiento
La radiónica ha sido siempre una de las terapias alternativas más controvertidas. Sus detractores afirman que su mecanismo de acción no es científicamente razonable y, por tanto, su funcionamiento se puede describir como “mágico” e incluso como “charlatanería”.
El descubridor de la llamada radiónica fue un médico brillante, el Dr, Albert Abrams que se jugó su prestigio cuando descubrió que mediante muestras de tejido de sus pacientes se podían establecer conexiones entre células a distancia. De esta forma, actuando sobre una parte de estas células, había repercusiones medibles sobre el organismo de un paciente, aunque este paciente estuviera a kilómetros de distancia. El Dr. Abrams siempre defendió que no había nada de paranormal ni tampoco mágico en todo esto. Argumentó que esta conexión no física tenía su origen en leyes físicas sobre las que había que seguir investigando.
Todavía hoy, en muchas referencias relativas a este médico valiente, se le sigue considerando un timador por haber defendido esta observación y haber ideado aparatos para utilizar esta posibilidad de acción sobre un organismo. Las mismas fuentes mencionan su abultado currículo académico y el hecho de que llegó a ser presidente de la Asociación Médico Quirúrgica de San Francisco en 1.893. La campaña de descrédito contra este gran profesional fue a más, siendo acusado de difundir falacias sin fundamento científico oficial y desarrollar aparatos sin utilidad. No obstante, al tiempo de su fallecimiento, más de 3.000 profesionales independientes en los Estados Unidos empleaban sus dispositivos radiónicos de forma habitual con sus pacientes.
Sin embargo, hoy en día es posible encontrar que la teoría radiónica de funcionamiento tiene mucho en común con la llamada física cuántica y sus modelos relacionados con el entrelazamiento de partículas. Esto quiere decir que cuando dos o más partículas de materia están conectadas, lo que le sucede a una afecta inmediatamente a la otra, sin importar la magnitud de la distancia entre ellas. Este entrelazamiento se ha probado en laboratorio, aunque todavía no se comprenda bien en toda su magnitud.
Otro de los llamativos postulados de la física cuántica es que la intención del investigador incide sobre el resultado de la observación, haciendo que las partículas diminutas de materia pueden comportarse de una manera u otra según lo esperado por los experimentadores. Se sugiere por tanto que la conciencia humana puede afectar a la reacción esperada en componentes básicos sobre los que se constituye la materia. La teoría radiónica considera que el operador de un dispositivo radiónico establece mediante la placa adherente la conexión entre la realidad actual y el objetivo material buscado. Esto determina la efectividad de la acción.
¿Qué se puede concluir entonces? Sin duda alguna la radiónica es una metodología experimental cuya base teórica tiene similitudes con modelos científicos aceptados en la actualidad. Mientras la ciencia continua en sus avances, cualquier persona puede experimentar con la radiónica, aprovechar sus múltiples posibilidades de aplicación y llegar a conclusiones propias sobre su efectividad.
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