Más radiaciones dañinas de los móviles
Pocas personas se dan cuenta de que el manual de instrucciones de la mayoría de los móviles modernos advierte sobre la necesidad de mantener el dispositivo alejado del cuerpo mientras no se utiliza (habitualmente entre 5 y 15 milímetros de distancia).
Por si fuera poco, una investigación llevada a cabo por la publicación Chicago Tribune, ha revelado que las emisiones de radiación dañina permitida por las autoridades quedan rebasadas ampliamente por una gran cantidad de los teléfonos móviles (celulares) existentes en la actualidad. Sobre todo, cuando están a corta distancia: guardados en un bolsillo del pantalón, o lo que es peor en el caso de las mujeres, en el pecho entre la piel y el sujetador.
Las radiaciones dañinas reales medidas en los teléfonos son entre 2,2 y 2,9 veces superiores a los límites legales establecidos y que de por sí, ya son bastante negativos. De hecho, los estándares de seguridad están actualmente en entredicho y son muy discutibles según las pruebas realizadas por múltiples estudios.
Muchas personas, sobre todo las más jóvenes, hasta duermen con el móvil bajo la almohada o muy cerca de la cabeza al ser colocados en la mesita de noche, lo que también puede interferir en los ritmos circadianos y en el desarrollo de tumores cerebrales, según los experimentos realizados con animales.
Por si fuera poco, se ha hecho patente que los teléfonos tienen un impacto significativo en la salud neurológica, contribuyendo al desarrollo de ansiedad, depresión e incluso demencia, cada vez más frecuentes en el mundo occidental.
Las investigaciones también indican que este tipo de radiaciones parecen estar contribuyendo a la disminución de la fertilidad en los jóvenes humanos, incidiendo en la movilidad y viabilidad de los espermatozoides expuesto a dichas frecuencias.
Lo ideal sería disminuir el uso de los teléfonos inteligentes y sobre todo llevarlos alejados del cuerpo. Cuando esto no es posible, se sugiere emplear formas de reequilibrar energéticamente el organismo de manera habitual y devolverle su funcionalidad vibratoria. Una forma sencilla es emplear las tarjetas ARE X Portable que facilitan de manera rápida el restablecimiento de dicho equilibrio. Un test de kinesiología demuestra la validez de estos pequeños aparatos, cuando se mide el tono muscular de una persona antes y después de su uso.
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