Más sobre aprovechar las ondas de forma. (2)
En los inicios del siglo XX, dos investigadores de origen francés, De Belizal y Chaumery, realizaron numerosos estudios sobre las ondas de forma de las figuras geométricas. También de la influencia de los colores sobre los organismos y el entorno en general. A partir de ellos, otros estudiosos concluyeron que las figuras geométricas se cargan mediante el flujo electromagnético terrestre y puede emitir esa energía cuando llegan a la saturación.
Según todos estos investigadores, las diferentes formas de los objetos pueden llegar a sanar y también a enfermar. En esto están de acuerdo con la milenaria ciencia oriental del Feng Shui, que aunque contiene elementos simbólicos y arquetípicos de las sociedades orientales, también da mucha importancia a las formas físicas de los elementos decorativos y su colocación adecuada en un entorno para lograr la armonía y el bienestar de las personas.
Es interesante que desde el paleolítico se sabía que, colocando rocas grandes en determinadas zonas de cultivo, era posible mejorar la calidad y cantidad de las cosechas. Esto, que se ha dado en llamar “acupuntura de la tierra” permitía eliminar, bloquear o derivar emanaciones energéticas negativas que tienen su origen en el subsuelo. Son energías electromagnéticas completamente naturales pero que pueden incidir de forma perniciosa en los seres vivos y plantas. No hay nada mágico ni extraño en todo esto, dado que obedece a fenómenos físicos constatables.
La construcción de templos y catedrales siempre ha estado supeditado al reconocimiento del terreno y a la edificación sobre zonas que aportaban energía benéfica y revitalizante. Si aunamos esta energía positiva a un edificio bien estructurado, con formas adecuadas, el efecto sobre los fieles terminaba siendo muy poderoso.
No obstante lo dicho, debemos diferenciar entre ondas electromagnéticas propiamente dichas y la llamada energía sutil emanada de las formas. Es posible utilizar ambas al mismo tiempo para potenciarlas como se ha mencionado más arriba. Sin embargo, la propia estructura dimensional es en sí misma una fuente de energía que inciden sobre los organismos cercanos y sobre la energía electromagnética, pudiendo llegar a neutralizarla o desviarla. Como ejemplo de esto, mencionaremos que el diseño de algunos aviones ultramodernos de combate, sigue unos patrones estructurales que hacen difícil la localización mediante radares.
Todo esto nos lleva a la utilización de diversas estructuras geométricas (como los sólidos platónicos) en los aparatos radiónicos, proyectando la energía de estas formas con el objetivo de integrar y armonizar la vibración energética. Se puede medir la vitalidad general de una persona antes y después de haber utilizado estas estructuras, observando un incremento importante al realizar la experiencia. Con un aparato como el ARE X3 Pro, esta operación puede tomar un máximo de sólo 15 minutos.
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