Millones de personas desayunan y meriendan veneno. Puede que usted también
Cada vez más personas tienen un organismo acidificado que incrementa exponencialmente las posibilidades de padecer cáncer de todo tipo. Especialmente el cáncer colorrectal. Este tipo de enfermedad cuadruplicó su incidencia en los últimos cuarenta años del pasado siglo, pero se espera que se incremente otro ¡60 %! adicional en los próximos quince años.
La razón principal la hemos dado a conocer en más de una ocasión en este blog: El consumo excesivo de azúcar. Una enorme mayoría de productos alimenticios industriales contienen este aditivo tan peligroso y con enorme poder adictivo. Sin embargo, millones de personas consumen bollería industrial para desayunar y merendar, día tras día. Especialmente los más jóvenes.
Cuando hablamos de “azúcar” tenemos que considerar los hidratos simples, que incluyen la fructosa, galactosa y glucosa, además de la sacarosa, maltosa y el azúcar de mesa. Productos que se incluyen en la mayoría de los productos envasados. Uno de los últimos estudios muestra que el jarabe de maíz, alto en fructosa y también muy común en estos productos desnaturalizados, favorece el crecimiento de tumores intestinales en roedores.
No olvidemos que hasta productos cárnicos como el jamón de york o los embutidos contienen en su composición azúcar o sus derivados. Cualquiera puede comprobar este extremo leyendo la composición que aparece en los envases (generalmente en letra diminuta).
Volviendo al maligno jarabe de maíz es el ingrediente principal de la mayoría de los refrescos azucarados y alimentos procesados. Un combustible perfecto para aumentar el crecimiento de tumores. Precisamente, los tumores intestinales en fases tempranas (que pueden incluso desaparecer de forma natural si no se facilita su crecimiento), se ven alimentados al consumir jarabe de maíz, acortando el tiempo en que se convierten en tejidos cancerosos, incluso en personas jóvenes que no presentan obesidad.
Acostumbrarnos a leer la composición de los alimentos procesados que consumimos nos ayudará a tener conciencia de llevar o no un estilo de vida que puede conducir a enfermedades importantes sin necesidad. Muchas personas dicen preferir no saber lo que comen para evitar preocupaciones, pero en realidad, esta forma de pensar les llevará indefectiblemente a mayor sufrimiento en el futuro.
Elegir comer mejor y más sano suele ser cuestión de detenernos a pensar un poco, adaptar nuestra mente para elegir habitualmente alimentos más sanos y acostumbrar a nuestro paladar a sabores menos adictivos.
Con radiónica usted puede comprobar de manera inmediata si un alimento le beneficia o perjudica, pero además puede utilizarla para facilitar los cambios que impliquen nuevos hábitos más saludables de todo tipo, de manera muy rápida y sencilla.
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