Radiónica para fluir. Cómo permitir que lo bueno ocurra
Las llamadas experiencias de flujo, son aquellas en las que nos centramos tanto en una tarea, de forma agradable y absorbente para nosotros, que perdemos la noción del tiempo y de nuestra vida en general, de forma que nuestra mente sólo está pendiente de aquello que hacemos en un momento dado.
De forma más general, decimos que nuestra vida fluye, de manera positiva, cuando las experiencias se suceden de manera que nos causan felicidad, al tiempo que experimentamos un sentimiento de significado. Percibiendo que cumplimos con aquello que da sentido a nuestra existencia.
Cuando nos sentimos completamente comprometidos con una o varias tareas que experimentamos como valiosas de forma especial para nosotros mismos, el ego desaparece. El tiempo corre de forma diferente. Todo nuestro ser está absorto en lo que realizamos. El estado de flujo se ha calificado como un estado en el que la motivación, la atención y la situación se reúnen, permitiendo una forma de armonía productiva.
Si ya ha experimentado esta sensación, sabrá lo agradable que es. Si todavía no lo ha hecho, busque en su interior aquello que le conduzca a la experiencia de flujo. Puede estar relacionada con una expresión artística, la realización de un trabajo bien hecho, el placer de una actividad física o acciones en la que hagamos cosas por los demás. En cada persona será algo diferente, pero absolutamente mágico.
Con la radiónica podemos hacer que nuestra energía personal fluya de manera armónica para generar bienestar físico y mental. Pero también podemos programarnos para acercarnos a las vivencias que nos aportan felicidad o para descubrir el verdadero sentido de nuestra vida.
Utilizar un aparato radiónico para enfocarlo exclusivamente en un área de la realidad puede ser suficiente para muchas personas, pero sugerimos que las personas que se acerquen a este sistema de desarrollo personal, puedan experimentar en distintos campos para sacar mayor provecho del mismo. La curiosidad y el deseo de progresar pueden darse la mano, de manera que se encuentren vías novedosas de aplicar la radiónica a su propia experiencia vital, tanto a nivel personal como en sus relaciones con los demás. Sinceramente, merece la pena.
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