Radiónica y cannabis
El consumo de drogas blandas como el cannabis va en aumento, sobre todo entre la población más joven. Se calcula que más de un 20 % de media, entre personas de 15 a 24 años, ha consumido este tipo de drogas en el último año. Desgraciadamente, la percepción de riesgo por este tipo de consumo no parece ser muy alto entre quienes utilizan este estupefaciente.
Un riesgo importante es el desarrollo de esquizofrenia en individuos predispuestos, pero todavía más en relación al deterioro de las capacidades cognitivas entre los jóvenes consumidores. Se producen alteraciones en el aprendizaje y la memoria, no solo a corto plazo sino también a medio y largo plazo. Concretamente y según estudios realizados en los Estados Unidos y Nueva Zelanda, se pierden hasta 8 puntos de cociente intelectual, que son irrecuperables. Además, el “Journal of Neuroscience” indicó en otro trabajo científico, que se producen alteraciones cerebrales con tan solo uno o dos cigarrillos de estas substancias.
El impacto negativo en el cerebro joven resulta muy superior que en el de los adultos, ya que los componentes de estas drogas repercuten en los circuitos cerebrales en formación. Esto lleva a una especie de “empobrecimiento mental” que se puede arrastrar durante muchos años como se ha comentado más arriba. Incluso para aquellas personas que consideran que no encuentran riesgos en el consumo habitual de estas sustancias, comentar que entre el 10 y el 30 % de los usuarios desarrollan adicción y predisposición hacia otras drogodependencias. El cannabis aumenta el riesgo de desarrollar psicosis, ansiedad y depresión, además de posibles efectos respiratorios dañinos.
La radiónica puede emplearse para ayudar a una persona a abandonar sus adicciones con resultados bastante positivos, pero el punto de partida debe ser siempre el deseo individual por acabar con el problema. El sujeto tiene que implicarse activamente, como en cualquier otra terapia, para que el resultado positivo esperado se mantenga en el tiempo. Una persona puede ver reducido o eliminado su deseo básico por consumir, pero también debe eliminar el ambiente negativo, la mentalidad y las asociaciones que derivan en el hábito. Por tanto, el conjunto de actuaciones debe considerarse desde un punto de vista holístico, incidiendo en todo aquello que repercute en que este consumo desaconsejado se lleve a término.
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