¿Reducir el consumo de alcohol?
Tomar el equivalente a más de tres cervezas por semana quizá pueda ser el límite para no tener consecuencias negativas para la salud. Los estudios indican que se produce una sustancia llamada acetaldehído al metabolizar el alcohol ingerido y que esta sustancia provoca daños en el ADN, además de aumentar el riesgo de padecer diversos tipos de cáncer a cualquier edad.
Que el alcohol resulta dañino en altas cantidades, ya se había constatado por simple observación. Sin embargo, la ciencia muestra como los riesgos pueden ser realmente elevados en consumos hasta ahora considerados “seguros”. El cáncer de hígado, intestino, boca, garganta, laringe, mama y esófago se dispara entre los bebedores regulares, aunque no exista conciencia de “tomar demasiado alcohol”. Además, la plaga del hígado graso parece tener una especial incidencia entre los consumidores de bebidas alcohólicas. Este último puede degenerar en enfermedades de importancia si no se subsana, incluso entre los más jóvenes.
¿Significa eso que debemos eliminarlo completamente de nuestras vidas? Cada persona debe considerar lo que es mejor para ella en este sentido. El consumo ocasional y moderado puede ser una opción aceptable para la mayoría de quienes no presentan riesgos observables.
Muchas personas se acostumbran a no tomar bebidas con alcohol en casa y lo hacen de manera razonable cuando disfrutan de esparcimiento en la calle o con los amigos, lo cual puede ser una idea para limitar el consumo continuado y dañino.
La radiónica es muy útil cuando se trata de establecer nuevas pautas de conducta. Resulta sencillo programar un dispositivo radiónico con el objetivo de reducir o eliminar aquello que consideramos negativo. Si ya dispone de un equipo, esta opción es perfecta para experimentar.
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