¿Tiene algo que decidir? Cómo hacerlo de la mejor manera
Diariamente nos enfrentamos a decisiones. Tener la capacidad de analizar de forma compleja y elegir entre las mejores opciones es una de las diferencias abismales existentes entre los humanos y otros seres vivos.
La mayoría de las elecciones que realizamos son sencillas: “Me pongo… ¿Esta ropa o esta otra?”, “voy a comer… ¿Verduras o legumbres?”, en la televisión veré… ¿El programa de entretenimiento o la película de aventuras? Sin embargo, otras decisiones son de mayor calado y requieren un análisis más detallado, desde diferentes ángulos y con multitud de variables.
Cuando consideramos decisiones que pueden tener repercusiones importantes, es preciso abordar las posibles consecuencias, cómo reaccionaríamos a cada una de ellas y lo que podría repercutir en otros que verdaderamente nos importan. Un papel y bolígrafo nos ayudarán a tener una visión global de conjunto y plasmar de manera gráfica cualquier cosa que se nos ocurra para no olvidar detalles importantes. Tomar suficiente tiempo también es esencial. Además de ir anotando todo lo relacionado con las posibles acciones, nuestra mente subconsciente nos aportará ideas nuevas a tener en cuenta que incorporaremos a lo que ya tengamos escrito.
Cuando tengamos la decisión casi ultimada, es bueno reconsiderarla en diferentes momentos del día. Recién levantados, con luz solar o al anochecer. Nuestro cerebro nos aportará pistas distintas en función del momento. Las mejores decisiones son aquellas que nos siguen pareciendo adecuadas sin importar el momento de la jornada en que las volvamos a considerar. ¿Cómo nos sentimos si nos visualizamos desenvolviéndonos en el escenario futuro que se desarrollaría con la opción elegida? ¿Ocurre algo que nos incomoda? ¿Las cosas parecen mejorar o empeorar frente a lo que esperábamos? Por último: ¿Implica la decisión mayor libertad para nosotros? ¿Nos ayuda a avanzar como ser humano? ¿Nos encadena a objetos materiales? ¿Es un verdadero avance o un simple esfuerzo sin ventajas claras? ¿A medio o largo plazo mejora nuestra vida o la vida de personas que nos importan?
Una opción final, después de haber considerado las variables, es analizar desde el punto de vista vibratorio si cada opción es buena para nosotros o incluso en qué porcentaje cada una de ellas puede beneficiarnos. Esto es muy sencillo con un aparato de radiónica. Podemos cuantificar visualmente y de forma clara las opciones. Algunas veces puede sorprendernos la información recibida de esta manera, que registra posibles detalles escondidos, pero importantes, alertándonos sobre aspectos escondidos que pueden afectar nuestra decisión. Este último análisis puede ser revelador y valioso como elemento adicional a considerar. Téngalo en cuanta y observe cómo puede mejorar sus decisiones. Si quiere aprender cómo utilizar la radiónica para este objetivo y otros muchos, descargue ahora de forma TOTALMENTE GRATUITA el libro ”El secreto de las conocidas como máquinas de los deseos” a través del enlace que encontrará en la descripción del vídeo.
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