¿Tiene echado el freno de mano de su vida?
Puede que alguna vez haya tenido la experiencia de haber olvidado quitar el freno de mano del coche. Comienza a circular y se da cuenta de que va más despacio. No sabe lo que le ocurre, pero el vehículo no tira bien. Llega un momento que incluso empieza a oler a quemado. Entonces se da cuenta de que llevaba un lastre importante: El freno de mano estaba impidiendo su avance. El motor iba forzado, el coche rodaba más lento, sin alegría y usted sentía frustración por tanta energía desperdiciada.
Un simple detalle que se le había pasado estaba ralentizando su avance. Cuando percibió que se había olvidado de bajar el freno auxiliar de mano, todo volvió a la normalidad. Usted sintió alivió por recuperar la normalidad y poder ir más rápido con menos esfuerzo.
Esta ilustración nos puede servir para recapacitar por qué a veces percibimos que nuestra vida transcurre con una velocidad inadecuada. Sentimos frustración porque las cosas no marchan bien. Nos sentimos incómodos, “frenados”, sin la capacidad de llegar al destino que teníamos pensado. Olemos a quemado y entonces percibimos que nos lastra algo. Ese algo puede ser nuestra salud, unas relaciones inadecuadas o la falta de ellas, una situación económica que no despega, la falta de perspectivas de un futuro mejor, problemas familiares y un largo etc.
El punto está en descubrir exactamente lo que nos ocurre. A veces no es sólo una cosa importante, sino decenas de cosas menores que se acumulan y suman más que una mayor. Retirarse a pensar exactamente qué es lo que nos preocupa y anotarlo puede ser el primer paso. Una vez que tenemos definido el problema o problemas, podremos disponernos a intentar encontrar las soluciones que necesitamos. Con determinación, sin prisas, pero tampoco con demasiadas pausas.
La solución a los problemas es una parte del juego de la vida. La otra parte tiene que ver con nuestros sueños y la posibilidad de alcanzarlos. Tener metas hace que la vida cobre impulso, pero a veces desconocemos el camino que nos lleva a conseguir los objetivos que nos hacen sentir vivos o sentimos que nos fallan las fuerzas para ponernos en marcha.
Sea lo que sea que queramos arreglar o lo que deseemos obtener como meta, es importante conectarnos de alguna manera tanto con las soluciones como con las energías que necesitamos emplear. Cuando establecemos representaciones adecuadas de una vida mejorada y relacionamos esas representaciones con nuestras circunstancias actuales, podemos encontrarnos con atajos que nos llevan a gran velocidad hacia lo que queremos.
La radiónica permite experimentar de una manera muy positiva todo lo que se relaciona con el desarrollo personal, consecución de objetivos y solución de problemas diversos. Puede ser un elemento clave para facilitar su andadura por la vida. ¿No le apetece comprobarlo?
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