Un peligro que acecha a todos y cómo hacerle frente
Se acumulan en nuestro organismo a través del agua, el aire que respiramos y también lo que comemos. Intoxican mucho, nos enferman y bloquean la absorción de minerales que son esenciales para nuestra salud. Se trata de compuestos inorgánicos que nuestro cuerpo no es capaz de metabolizar. Se van depositando en órganos y tejidos. Hablamos de los metales pesados. Entre los más dañinos mencionaremos el mercurio que se acumula en riñones, cerebro y sistema nervioso, provocando fatiga crónica, hipertensión, infecciones y problemas con el sistema inmune. Se encuentra en pescados grandes como el atún o pez espada y pesticidas utilizados en agricultura. También el plomo, presente en productos envasados, agua que se canaliza por tuberías antiguas de este metal y los omnipresentes pesticidas. Por último, añadiremos el aluminio, el arsénico y el cadmio que se pueden hallar en el agua del grifo, desodorantes, analgésicos, zumos envasados, vinos, pescados de agua dulce, champiñones…. y un largo etc.
Es muy difícil sustraernos de la contaminación por estos metales, por lo que una alimentación con productos ecológicos sería una primera aproximación para evitar un alto grado de acumulación. Pero ¿qué podemos hacer si creemos que estamos especialmente afectados por este problema?
Una de las formas de eliminarlos en mediante la llamada quelación. En la terapia médica de quelación se emplean medicamentos concretos que se unen a determinados metales de la sangre y que terminan por eliminarse a través de la orina. Se requieren de 20 a 40 tratamientos intravenosos que suelen durar entre una y tres horas y suelen ser costosos. También se pueden emplear píldoras, pero son menos efectivas y es preciso consultar con el médico. Hay que tener cuidado a la hora de optar por estos tratamientos ya que pueden producir importantes efectos secundarios.
¿Se puede optar por algo más natural que nos permita librar al organismo de los metales pesados sin costes exorbitados y con mayor seguridad? Ciertamente es posible. No es tan rápido y requiere constancia, pero los resultados merecen la pena. La salud y el bienestar pueden dar un vuelco espectacular y solucionar multitud de problemas que no se solucionan con otros tratamientos.
Para luchar contra los metales pesados se pueden emplear sustancias como la clorofila y determinados aminoácidos azufrados como la alicina, que se encuentra en el aceite esencial del ajo. Por otra parte, las vitaminas B, C y E, los flavonoides, carotenos, cumarinas, zinc, selenio, magnesio y ácidos grasos esenciales limitan la acción de los metales pesados.
Por último, consuma alimentos de origen ecológico como los siguientes:
- Alga espirulina
- Apio
- Brócoli
- Cebolla
- Manzana
- Nueces de Brasil (con moderación, basta una o dos al día)
- Zumo de manzanas verdes ecológicas
Si opta por un tratamiento energético alternativo como el radiónico, puede, además, cargar la vibración de los alimentos y vitaminas mencionados a través de agua mineral (también directamente sobre un sujeto, utilizando un enlace estructural). Basta con unos minutos para realizar esta acción. Utilice la radiónica y experimente sus múltiples aplicaciones.
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