Una simple técnica para aliviar la tensión
En ocasiones podemos sentirnos desbordados por las circunstancias, lo que lleva a experimentar tensión y ansiedad. Puede ser que incluso no sepamos exactamente la raíz de nuestro malestar mental, pero experimentamos lo que popularmente se denomina como “agobio” no especificado. Esto es: Incapacidad para concentrarnos, conciliar el sueño o sentirnos con energía; un malestar general de origen incierto y pocos o ningún deseo de realizar actividades. Mantener el control de nuestra mente es crucial en esos casos.
Si la mayoría de las cosas que vemos, oímos, sentimos o nos suceden las percibimos como negativas o nos enfrentamos a múltiples desafíos al mismo tiempo, podemos entrar en una espiral de ansiedad o incluso pánico. Generalmente, lo que nos ocurre es que no tenemos una imagen controlable de lo que percibimos como amenaza, lo que nos lleva a considerar que estamos frente desafíos mayores de lo que son en realidad. También experimentamos un desbordamiento en nuestra capacidad para manejar una agenda demasiado extensa y descontrolada. ¿Qué puede hacer al respecto? Hay una técnica muy sencilla que le permitirá recuperar su estabilidad y bienestar.
Anote en un papel grande todo lo que le preocupa, todo lo que cree que tiene que hacer y todo lo que se le ocurra que le pueda incomodar. Hasta lo más pequeño. No deje nada por poner, aunque le parezca algo sin apenas importancia como ordenar la librería de su salón, llamar a un familiar o poner la lavadora al día siguiente. El hecho de que usted lo conciba como algo que debe realizar, ya es motivo de colocarlo en su lista. Numere cada cosa.
Ahora, junto a lo que ha colocado como preocupación o actividad a realizar, anote una aparente solución, la que sea, aunque no se trate de la más adecuada. Si no encuentra solución, ponga: “se me ocurrirá algo pronto para hacer frente a esto” o “indagaré lo que otras personas han hecho con algo parecido”. ¿Por qué hacer algo así? Anotar TODO lo que nos preocupa o está pendiente de ser realizado, descarga nuestra memoria a corto plazo. Evita que nuestra ansiedad se dispare por pensar que se nos puede olvidar alguna de las cosas que tenemos entre manos. Todo está en un papel (o escrito en su ordenador) y nada se nos ha escapado. Esa simple acción puede permitirle conciliar el sueño perturbado. Además, trasladará a su subconsciente el mensaje de que usted vuelve a estar al mando con opciones para enfrentarse a las situaciones que debe encarar. Al incluir una solución, la que se le ocurra, ya estará proporcionando alivio a su mente. Incluso la frase “se me ocurrirá algo pronto para hacer frente a esto” implica el comienzo a una salida, una medida inicial para recorrer el camino más adecuado en cada momento.
En cuanto comience el día y haya tomado su desayuno (importante para aportar nutrientes a su cerebro), lea todo lo que escribió el día anterior. Verá como muchos de los problemas le parecen ahora mucho más sencillos. Puede que ya tenga nuevas ideas para hacer ciertas cosas. Aborde lo que pueda hacer con rapidez y tache de la lista lo que acabe, pero de momento no lo quite. Al final de la jornada, podrá ver que ha hecho mucho y podrá realizar una nueva lista con lo que reste, anotando una vez más nuevas ideas a aquellos problemas más complejos que necesiten una atención más continuada.
Si dispone de su aparato radiónico, además puede utilizar el programa de afirmaciones para mejorar su estado de ánimo y sentir alivio en muy poco tiempo. También puede proceder a reequilibrar su estado psicológico. Por último, puede auto programarse para encontrar soluciones válidas a los problemas más dificultosos.
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