Una vida mejor utilizando la radiónica
Los dispositivos radiónicos fueron empleados al principio sólo para mejorar la vertiente energética de los seres humanos. En radiónica se habla de “equilibrar” el organismo enviando a su entramado energético información codificada. Esta información representada por códigos de números y palabras, impregna el espectro vibratorio de la persona con la correcta configuración para modificar aquello que, por la razón que sea, no funciona adecuadamente.
La radiónica tiene la función de enlazar el estado actual (de desarmonía en el caso físico) con el estado deseado (equilibrado, armónico). La radiónica siempre actúa a nivel vibratorio, por lo que no entra en conflicto con los tratamientos médicos convencionales ni se opone a los mismos en ningún momento. La teoría radiónica establece que equilibrando o mejorando el entramado energético, se estimula a un organismo a restablecer su correcto funcionamiento a nivel físico.
¿Qué ocurre en relación a otros aspectos de la vida de una persona? En radiónica no hablamos de problemas, sino de situaciones. Situaciones deseables o situaciones no deseables para una persona. Distintas configuraciones de la realidad.
Una persona es en última esencia un conjunto de átomos y partículas unidos de forma específica y que se relaciona con otras personas que también son átomos y partículas. Las personas compartimos un mundo donde también todo está formado por átomos y partículas. Es posible actuar de distintas formas sobre este mundo invisible o armazón energético donde interactuamos. Podemos influir sobre este mundo con nuestra intención y voluntad. La física cuántica es una demostración de que el ser humano puede actuar sobre la materia en este sentido.
Un aparato radiónico nos ayuda a enlazar nuestra configuración personal, vital o de conjunto de relaciones, con aquella configuración de la realidad que pueda ser valorada como más positiva y armónica. Esto se hace mediante aparatos que nos permiten identificar los patrones energéticos presentes en cualquier situación. Nos facilitan los llamados “ratios” (medidas o representaciones) de lo que establecemos como objetivos deseables. Estos mismos aparatos permiten conectar los estados presentes con los estados deseados.
Cuando nos permitimos experimentar con la radiónica, nos damos cuenta de que las cosas empiezan a suceder en la forma buscada, que podemos ser directores de nuestra vida y circunstancias más allá de simplemente dejarnos llevar por los acontecimientos. Es una dimensión adicional a la vertiente terapéutica. Una forma de ampliar los horizontes de esta herramienta extraordinaria que puede ayudarnos a disfrutar de una vida mejor.
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