Utilización de la metodología radiónica para mejorar en los negocios
La teoría radiónica explica que “todo es vibración”. ¿Por qué? Es sencillo. Por ejemplo, imagine que usted coge una simple manzana y puede verla a través de un aparato que amplía más y más la imagen de forma infinita. ¿Qué ocurriría? Al principio, vería una pieza de fruta completa, después vería una parte, la piel. Al acercarse más, vería las imperfecciones y surcos. Después podría aumentar hasta llegar a los tejidos más profundos, seguiría hasta las moléculas y después a los átomos y sus grandes espacios de nada. Se podría seguir más allá, hasta las partículas y sus estructuras más recónditas. Si continúa a partir de ahí, las partículas parecerán desvanecerse en entidades ondulatorias o vibraciones. Se puede decir que el supuesto “vacío” que encontraríamos entre unas infinitesimales piezas de materia está realmente lleno e impregnado de campos de energía con características determinadas.
El conocido, admirado y genial científico Nikola Tesla decía que: “Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”. Todo está compuesto de materia y, en su configuración más profunda, de partículas que vibran con un sello característico y diferenciador. Para que algo se forme y se mantenga, se necesita una estructura vibratoria determinada con su especial configuración.
Por otra parte, todo lo existente guarda también una relación y, cada conjunto de cosas que consideremos también. Lo mismo ocurre con las ideas, circunstancias o situaciones. ¿Qué quiere decir todo esto? Sencillamente que podemos establecer grupos de vibraciones relacionadas unas con otras que conforman un grupo mayor. Por ejemplo, una mesa estaría formada por una superficie plana de madera u otro material, que incorpora patas y podría también disponer de cajones como algo accesorio. El conjunto de varios elementos distintos forma una cosa diferente a los elementos por separados. Si uno de los elementos no cumple su función, la mesa puede dejar de funcionar como “mesa”. Si recupera la funcionalidad del elemento des armónico, también recuperará la mesa.
En el caso de un negocio, podemos considerar la configuración de la propia empresa como conjunto formado por las configuraciones de sus empleados, clientes, proveedores, etc., etc. Para que un negocio funcione, es necesario que sus diferentes partes también lo hagan.
Si la vibración de una parte o varias del negocio es inapropiada o des armónica, no solo dejará de funcionar esa parte, sino que también puede afectar a la estructura completa de la actividad. Con la radiónica se busca establecer los parámetros característicos de un patrón energético equilibrado para enlazarlos con los parámetros que no muestran equilibrio con el objeto de restaurar su función.
Si utiliza un buen aparato de radiónica, el proceso es sencillo. El practicante de radiónica puede utilizar su dispositivo para identificar las partes de un negocio que son ineficientes (en un momento dado) y actuar a nivel vibratorio sobre ellas, para restaurar la armonía, el equilibrio y la funcionalidad, recuperando el equilibrio del conjunto. Habrá que ver, en cada circunstancia, dónde se necesita actuar para restablecer la normalidad. Incidiendo sobre esa parte será factible obtener resultados positivos en un corto espacio de tiempo.
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