Qué son las ondas de forma y cómo puede aprovechar su potencial (1)
Vamos a dedicar algunos comentarios a explicar el interesante mundo de las ondas de forma y cómo se pueden aprovechar para diferentes acciones de interés.
Cada objeto que existe, por su composición y forma física absorbe determinadas vibraciones: negativas, positivas o neutras. A medida que estas vibraciones llegan, el cuerpo se va saturando y llega un momento en que empieza a emitir esas vibraciones al exterior. Si la energía que satura el objeto es benéfica, podemos esperar que desprenda el mismo tipo de vibración.
Cuando calificamos de negativas, positivas o neutras, entendemos que las vibraciones pueden afectar, tal como su nombre indica, tanto al entorno como a los seres vivos que se encuentran en el mismo. Respecto a los seres vivos, hay vibraciones naturales que van muy bien para algunas especies y mal para otras. Esto es fácil de entender y aceptar. Un ejemplo sería los lugares donde abunda la suciedad y el mal olor, que no son bien aceptados por los humanos, pero sí por determinados microorganismos, insectos o roedores.
No obstante, hay lugares que en apariencia no presentan características que alarmen a los sentidos, pero afectan negativa o positivamente a quienes entran en contacto con ellos. Estos lugares pueden ser naturales (espacios abiertos o cerrados) o artificiales (edificios, construcciones u objetos). Adelantaremos que las zonas naturales donde el subsuelo presenta fallas o corrientes de agua, pueden afectar negativamente a las personas, animales o plantas. En las artificiales, determinados materiales y formas irregulares también lo hacen de igual forma.
Como regla general, las formas geométricas (naturales o artificiales) son beneficiosas para el entorno y quienes estén en contacto con ellas. Las formas geométricas irregulares, no compensadas, son dañinas y nocivas. Investigadores como Jacques Bersez y Albert Masón afirmaron que muchas de estas formas reciben la energía electromagnética y sutil del entorno y pueden interactuar con ellas transformándolas de una u otra manera.
El ser humano, desde el punto de vista físico es también un cuerpo que recibe y emite energía. Las ondas de forma afectan a los organismos humanos, pudiendo con el tiempo llegar a producir enfermedades físicas y mentales o, por el contrario, afectar positivamente al organismo, ayudándole en los procesos de regeneración, curación, crecimiento o desarrollo. Tanto a nivel físico como de crecimiento interior.
Los pensamientos modulan determinadas vibraciones, tanto de entrada como de salida. Una persona que se sintoniza con pensamientos positivos, percibe buenas vibraciones, se beneficia de ellas y al mismo tiempo las emite a su entorno. Además, atrae y se ve atraída por personas de la misma condición. Si estamos expuestos a la negatividad durante mucho tiempo, podemos llegar a saturarnos de estas vibraciones dañinas, lo que incide de manera perjudicial sobre nosotros y también sobre los que interactúan con nosotros. Llegamos a sintonizar con quienes pueden perjudicarnos o con situaciones que presentan desarmonía y terminan por resultar adversas.
Los aparatos radiónicos están constituidos con la idea de poder emitir vibraciones que incidan positivamente sobre las personas y seres vivos, a todo nivel. Tanto a nivel individual como de interacción con otros y con los diferentes entornos en los que nos relacionamos.
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