Cómo se utiliza la capacidad sensorial de la piel en radiónica
Los procesos relacionados con el pensamiento, las emociones y la percepción están relacionados con cambios en nuestra fisiología y alteraciones físicas de distinta índole. Si nos detenemos a pensarlo, la conocida máquina de la verdad (detector de mentiras o polígrafo), opera a través de la medición de distintos parámetros en el organismo humano cuando aparece un pensamiento y las reacciones al mismo. Los receptores sensoriales de la piel actúan entonces como señalizadores o traductores de algo que se percibe.
En el taoísmo y la medicina china, se considera la piel como un órgano sensorial delicado y preciso, que puede reaccionar de acuerdo al ambiente al igual que los pulmones. En ciertas escuelas de meditación y chi kung se realizan ejercicios de respiración global, en el que el practicante trata de “respirar” a través de los poros de la piel para absorber la energía vital o chi, presente en el ambiente.
La piel reacciona no sólo a nuestras emociones sino también al entorno y lo que ocurre en el mismo. Podemos percibir una ligera brisa, cambios de temperatura y hasta modificaciones electromagnéticas que llegan a hacer que se nos erice la piel. Hay personas que bajo hipnosis profunda son capaces de leer a través de la punta de los dedos. Muchos invidentes también son capaces de percibir los cambios de colores de una superficie, lo que muestra que la radiación del propio color puede ser percibida por el organismo.
La utilización de un soporte físico para conectar con el subconsciente, con el matrix universal, comentado con anterioridad, o con la energía de otra persona, no es nuevo; es algo que algunos chamanes africanos o de otros lugares, llevan haciendo miles de años. Así pueden recetar hierbas para tratar enfermedades o aconsejar sobre otras cuestiones de acuerdo a las respuestas obtenidas. ¿Cómo lo hacen? Sencillamente frotando los dedos sobre maderas o superficies que permiten obtener diferencias de conductividad eléctrica en los dedos. Superficies que se cargan con electricidad electrostática a distintos niveles. Algo parecido a la placa táctil o adherente de los equipos radiónicos.
En un equipo radiónico se emplea el detector táctil (llamado también placa adherente o placa de contacto), para establecer los parámetros que nos conectan de forma eficaz con el objetivo que deseamos trabajar. Es muy sencillo percibir la sutil señal de adherencia casi desde el primer momento en que tomamos contacto con nuestro dispositivo completo de radiónica. El desarrollo de la percepción mejora poco a poco permitiendo interactuar con el aparato a diferentes niveles para sacar el máximo partido a este sistema de terapia alternativa y desarrollo personal.
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